Según los frentistas, los desechos provienen en gran parte del local de comidas rápidas Mostaza, lo que genera un foco de contaminación que se agrava con la presencia de residuos peligrosos, como jeringas. Además, la clasificación de basura se vuelve imposible ante la acumulación indiscriminada de desperdicios de todo tipo.

El fuerte olor nauseabundo y el impacto en la salud son las principales preocupaciones de quienes transitan y trabajan en la zona, que se encuentra a escasos metros del Centro Comunal. A pesar de los reiterados reclamos, la situación sigue sin resolverse y las imágenes tomadas por los vecinos confirman que el problema persiste.